miércoles, 20 de febrero de 2008

Crepúsculo con árbol azul en la sabana

Se consume la luz
en un pájaro negro
recolector de horas
que disuelve la espera
con un latido
de fruta al desprenderse.

Es como respirar:
el reflejo automático
de quien conoce todo
y sabe
cómo seguir de piepese a su carga.

----------------
* Del libro Distintos métodos para hacer elefantes.
Ed. Amargord

Sunset over the Savannah
with blue tree

Light fades
into a dark bird
a collector of hours
that dissolves the waiting
with the thud of
falling fruit.

It is like breathign:
the automatic reflex
of one who is very aware
and knows
how to keep on his feet
despite his burden.
----------------
* Traducción de Natalia Carbajosa
para el 1st London Poetry Festival - agosto 2008
Publicado en "Cuadernos del matemático" Nº 39

viernes, 15 de febrero de 2008


"Urban Castaway"

(Happening en la ciudad)
una performance de Gracia Iglesias

para LA REVUELTA SUREÑA

La palabra “castaway” significa náufrago en inglés, pero proviene de un modismo compuesto por dos palabras; “cast away” (marcando la separación a la hora de pronunciar), que significa “desechar”. Bien podría esta actuación haberse llamado “náufrago urbano”, simplemente, pero al emplear la palabra inglesa, con el citado antecedente y asociación de palabras “náufrago-desecho”, se añaden connotaciones que no existirían en la versión castiza. Bien pensado, un mensaje en una botella, si no es recuperado, abierto, desentrañado... no es más que un desperdicio.



Como un naufrago urbano, el poeta lanza su palabra en espera de que alguien la encuentre. Cada poema es un mensaje que nace de su más profunda intimidad. Los libros, como botellas a la deriva, esperan en el mar abarrotado de las librerías la mano salvadora que los saque del agua y los destape; sólo así habrá alguna esperanza para el poeta que aguarda en la isla que él mismo ha creado.


Una mujer sale a la calle con un “vestido” conformado por botellas transparentes, cada una de las cuales contiene, según se puede apreciar, un papel enrollado. Comienza a caminar en silencio, entre el ruido que conforma el choque de las botellas de plástico y sus tapones mientras anda. El ruido de varios cencerros se une al escándalo para atraer la atención de los viandantes

Durante el camino algunas de las botellas que conforman la cola del peculiar traje van siendo desprendidas, pero quienes quieran saber lo que contienen las hojas que hay dentro tendrán que hacer un esfuerzo por romper el envase de plástico o llevárselo a casa para conseguir abrirlo en la intimidad. Muchos desistirán en el empeño y la poesía será sólo un desperdicio urbano.

lunes, 11 de febrero de 2008

Te daré las estrellas



Sobre la oscuridad se alzó la voz: génesis luminoso, que enciende con su fuerza el firmamento. Y el verso se hizo grande...



"Esa estrella que sangra en mis costillas
¿la distingues?
Procedemos de allí.
De su planeta". *



Un coro de palabras va poblando el silencio.
Es la música Ainur; el canto de las constelaciones.



"La noche como un vientre
se expande entre nosotros,
absurdos minerales
al borde del suicidio." *



Performance realizada en El Escorial,
dentro del Campamento Espacial del INTA,
el 24 de junio de 2007.

* Poemas extraidos del libro de Gracia Iglesias
"Aunque cubras mi cuerpo de cerezas" (Ed. Gil-Albert)

domingo, 10 de febrero de 2008

Un baile entre libros


Fue en la Feria del Libro de Sevilla, el 20 de mayo de 2007: entre libros, escritores y lectores a La Domadora de Elefantes le crecieron alas de palabras para bailar el vals.
Pulsar sobre la imagen para ver vídeo en YouTube, por cortesía de Yellow Ping

sábado, 9 de febrero de 2008

Demasiado tiempo

Casi un año es demasiado tiempo sin actualizar un blog. Desde aquí pido disculpas por mi pereza a mi lectora y a los visitantes ocasionales.

A partir de mañana NUEVAS FOTOS y MÁS CONTENIDOS actualizados al menos semanalmente (lo prometo)

domingo, 13 de mayo de 2007

Media Historia

Las mujeres estamos tan tristemente acostumbradas a que nos cuenten sólo la mitad del cuento que ni siquiera nos preguntamos dónde está la otra mitad. Por supuesto, también los hombres reciben únicamente el cincuenta por ciento de la información, pero que ellos no echen de menos el resto no resulta tan extraño, pues la parte pública, la que se narra, la que configura esa verdad supuestamente incontestable de los libros, la que escribe la historia, es la que viene marcada por ese cromosoma “Y” que diferencia el género biológico. Parece mentira el poder que los siglos han dado a esta insignificante marca alfabética en nuestro código vital.

A estas alturas supongo que se preguntarán a qué viene todo esto; pues viene a que el martes pasado tuve la fortuna de compartir mesa con varias escritoras, artistas y periodistas durante el encuentro poético-gastronómico del Mapa de Poesías. Allí había también escritores, profesores y políticos, pero no se hallaban en mi entorno inmediato. En un momento dado de la velada, Ana Rossetti –que había recitado sus poemas esa misma tarde en el Buero–, me habló de Carmen Burgos de Seguí, periodista pionera que vivió a caballo entre el siglo XIX y el XX. Confieso que yo no había oído hablar de ella, ni durante los años en los que estudié la carrera de periodismo, ni aquí en Guadalajara, donde Burgos de Seguí impartió clases como maestra en la Escuela Normal, antes de dedicarse a la prensa y ser la primera mujer corresponsal de guerra.

Fue al darme cuenta de mi ignorancia y al comprobar que mis compañeras de mesa –bien formadas e informadas–, no conocían más detalles que yo sobre el particular, cuando decidí repasar en mis apuntes y libros la lista de mujeres incluidas en la historia de la prensa española que me habían contado, y encontré estupefacta que entre Fabro Bremúndan y los luca-de-tenas, cebrianes y pedrojotas, la única fémina mencionada era Corín Tellado por sus novelas por entregas en la prensa “menos seria o popular”.
Allí no están Burgos, ni Francisca de Aculodi, ni Josefina Carabias, y yo me pregunto ¿qué ha pasado con su mitad de la historia?

Publicado en "La última" de Guadalajara Dos Mil,
el viernes 11 de mayo de 2007

miércoles, 9 de mayo de 2007

MAPA DE POESÍAS
Guadalajara 2006
presenta
coordinado por el grupo literario
El Observatorio

domingo, 29 de abril de 2007

Recursos Humanos

Para encontrar un buen empleo siga escrupulosamente los siguientes consejos:

- Estudie bien el puesto al que desea optar y adecue su curriculum vitae al mismo.

- Acuda a la entrevista bien vestido y acorde con el puesto al que desea optar. Cuídese de las
estridencias y, en caso de que sea mujer, procure llevar traje de chaqueta, mejor de falda que de pantalón, aunque todo será según el puesto deseado.

- Cuide su aseo personal y su maquillaje y huya de los perfumes demasiado exagerados.

- Llegue al lugar de la cita cinco minutos antes, ¡no se retrase nunca! Tampoco es conveniente demostrar ansiedad apareciendo con demasiada antelación.

- Evite a toda costa el olor a tabaco en su ropa.

- No fume durante la entrevista, ni manipule cigarrillos, mecheros, bolígrafos, llaves o cualquier otro objeto que demuestre que está nervioso.

- Mire a los ojos del entrevistador y muéstrese seguro, pero no imperativo o autosuficiente.

- Valore siempre positivamente el trabajo en equipo.

- Muéstrese capaz de tomar decisiones, pero que no parezca que es usted demasiado listo.

- Muéstrese dispuesto a ser explotado pero que no parezca que está usted desesperado por
encontrar trabajo.

- Responda a las preguntas personales que se le hagan como si no le importase un rábano que le vayan a valorar por su número de pie más que por su formación y experiencia laboral.

- Defínase.

- Pinte un árbol.

- Pinte a su familia.

- Responda dando prioridad a un centenar de preguntas contradictorias.

- No sude.

- Respire sólo cuando se lo permitan.

- Sonría cuando le digan "nos pondremos en contacto con usted".

He aplicado estas normas en todas las entrevistas que he tenido la ocasión de realizar, me importara mucho o poco el puesto ofertado. Ninguno de los trabajos importantes de mi vida lo he conseguido por este método.

La primera vez, el mejor jefe que jamás he tenido me llamó por teléfono a casa (sin conocerme) para darme la oportunidad de demostrar lo que valía trabajando con él. Lo que empezó como una colaboración más o menos temporal acabó siendo una larga relación de trabajo y de amistad que aún dura hoy en día.

En otra ocasión me llamaron por teléfono para ofrecerme un puesto de gerencia tras haber encontrado un cv que yo había dejado en una feria de empleo bastante tiempo antes. Les bastó con ver lo que allí ponía para darme una oportunidad.

El peor jefe que he tenido hasta ahora me ofreció el puesto de más responsabilidad (y también el que parecía tener más proyección) convocándome a su despacho para que le diera mi opinión sobre una crisis informativa que en ese momento le preocupaba. Cuando me harté de él y le mandé a freír espárragos (¡que le compre quien le aguante!) no pasaron ni 24 horas antes de que me llamaran de un periódico para pedirme que fuera el día siguiente "con ropa de trabajo". Antes incluso de hablar con el que ahora es mi nuevo jefe ya había cubierto tres ruedas de prensa.

Moraleja: estamos en la era de Aquarius, así que haz lo que te de la real gana y no permitas que te etiqueten como "mileurista", sólo es una manera de tipificar un problema y luego decir que no se puede hacer nada por cambiar las cosas; quieren que lo aceptemos como normal y que nos resignemos. Yo no pienso resignarme nunca.

sábado, 28 de abril de 2007

ZAPATOS

Estos zapatos tienen hipo
y me hacen tropezar a cada instante.

Caigo de cara contra el tiempo
y ruedo horas abajo hasta que me hundo
en un charco de días estancados.

La hierba crece entorno a mis tobillos.

Ahora
el suelo abre sus fauces
y engulle la pisada.
No puedo liberarme aunque lo intento;
los guantes de mis pies se aferran a su huésped,
creo que es un complot de las hebillas.

Al fin,
después de siglos
o meses
o segundos,
logro elevar mi pierna y dar un paso.

Camino.
La resaca me aprieta el dedo gordo.

Sopecho que al tacón le duele la cabeza.
Mejor será que ahora
permita que descansen unos días
debajo de mi cama.

Pur mucho que lo pienso no llego a comprender
porqué se emborracharon mis zapatos.

Gracia Iglesias, del libro Sospecho que soy humo, Ed. Torremozas, 2002
A petición de Zita Santiago