GRANADA, 8 Oct. (EUROPA PRESS) -
La escritora española María Victoria Atencia García (Málaga, 1931) ha sido galardonada con el VII Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada Federico García Lorca, el de mayor dotación económica de los premios de poesía de habla hispana, con 50.000 euros, al que optaban 36 candidaturas españolas e hispanoamericanas.
En rueda de prensa, el alcalde de Granada, José Torres Hurtado, ha dado a conocer el fallo del jurado que ha destacado la trayectoria "impecable" y tremendamente "personal" de esta autora de alto prestigio dentro y fuera de las fronteras españolas. Se trata de la segunda mujer que se alza con este premio después de que la peruana Blanca Valera resultara galardonada en 2006.
Coetánea de la generación del 50, María Victoria Atencia García representa para los miembros del jurado "la heredera de lo mejor de la generación del 27", aunque nunca haya aparecido su figura "inscrita" a un colectivo poético y se haya caracterizado por un enfoque "muy individual" en toda su obra.
La encargada de transmitir la valoración del jurado, tras más de una hora de deliberaciones, ha sido la representante del Centro Generación del 27, Aurora Luque, que ha situado a la autora malagueña próxima al Grupo Cántico, con el que comparte el cuidado del lenguaje y la búsqueda de la belleza como objetivo último de la poesía.
A este colectivo le unen también las relaciones de amistad que ha mantenido con algunos de sus integrantes, como Pablo García Baena, si bien es cierto que la crítica la considera menos barroca y más cosmopolita que el resto de integrantes del Grupo Cántico.
Luque también ha querido subrayar la valía de la autora malagueña por ser "una de las primeras voces de la poesía escrita por mujeres", llegando a ser reconocida en los círculos literarios como la Emily Dickinson española, con quien comparte "un mundo secreto y muy personal".
El alcalde de Granada, José Torres Hurtado, ha podido contactar con la poetisa malagueña para transmitirle la noticia, ante la que ha asegurado sentirse "muy feliz" por tratarse de una "de las mayores alegrías de su vida".
Vida y obra
Casada y madre de cuatro hijos, María Victoria Atencia García comenzó a publicar sus primeros libros en la época de los sesenta --'Arte y parte (1961)-- para sumergirse luego en una etapa "de silencio" que se prolongó durante aproximadamente 15 años y que dio lugar a obras como 'Marta y María' (1976) o 'Paseo de la Farola' (1978).
Posteriormente, llegarían obras como 'La señal' (1990), 'El Puente' (1992) o 'Contemplaciones' (1997), por el que recibió un año después el Premio Nacional de la Crítica.
Su último libro de poesía ha sido 'De pérdidas y adioses' (2005), aunque ha recogido su obra en varias antologías poéticas como 'El Oro de los Tigres', donde vuelca sus meditaciones y reflexiones sobre el acto de escribir.
Posee el Premio Andalucía de la Crítica, el Nacional de la Crítica y el bienal Luis de Góngora de las Letras Andaluzas. Es miembro de las Reales Academias de Bellas Artes de Málaga, Cádiz, Sevilla, Córdoba y San Fernando, y Honorary Associate de The Hispanic Society of America de Nueva York. También es Medalla de Oro de la Provincia de Málaga e Hija Predilecta de Andalucía.
Algunos poemas de María Victoria Atencia
Baño
Comienza a serme infiel
la piel de la garganta;
pero ahora que se pierden tras de mí las orillas,
tómame una vez más, mi desdeñoso amante,
mientras las algas ponen
un collar en mi cuello.
El Conde D.
Cada noche te espero desde antes de acostarme,
y cuando sobrevienes, agregada presencia
a mi quehacer, pareja de topacios que rompe
contra la piedra azul serena de los míos,
dócilmente interrumpo mi sueño y, pues prefieres
las sombras, me levanto y cierro las cortinas.
Ya puedes reclinar tu cabeza en mi hombro
y aposentar tus dientes con su sed en mi aorta,
boa de Transilvania que me cercase el cuello.
El mosto de la muerte con su empacho te alienta.
Me voy quedando fría en tanto que amanece
y sorbes acremente mi paz a borbotones.
Casa de Blanca
No llamaré a tus puertas, aldaba de noviembre:
el árbol de las venas bajo mi piel se pudre
y una astilla de palo el corazón me horada.
Porque tú no estás, Blanca, tu costurero antiguo
se olvida de los tules, y el Niño de Pasión
va llenando de llanto el cristal de La Granja.
Tiene el regazo frío tu silla de caoba,
tiene el mármol tu quieta dulzura persistida
y bajo tu mirada una paloma tiembla.
Perdidamente humana pude sentirme un día,
pero un mundo de sombras desvaídas me llama
y a un sueño interminable tu cama me convoca.
Naufragio (Para Floreal y Pepe Bornoy)
Como arreciaban más las olas,
y la casaseguía en su costumbre sin aviso,
asomé a la terraza mi aprensión, y era cierto:
ya no veía el faro y perdíamos pie
e íbamos zozobrando aguas abajo, brea
y sal abajo y por la casa adentro.
Caída en el turbión,entorné las cortinas
por no alarmar innecesariamente.
2 comentarios:
Me ha sorprendido gratamente esta autora que descubro junto con tu espacio. Gracias por ello.
Saludos...
Gracias a ti por la visita.
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