Muchos amigos y algunos familiares se sacrificaron y dejaron de ver el partido de la selección española de fútbol para pasar por allí a saludar a las autoras y al mismísimo Mono Lolo. Se asomaron a la caseta de Amargord, entre otros, Migue y María José, Eva y Jose, Eva Fernández, las autoras de “Sabia vida savia”, Lamari y sus hermanas, Paco Sevilla, Nuria y Sonia, Julián y Jesús (también conocidos por algunos como Los Dalton), Fran y Adela, la madre de la Domadora de Elefantes y su hermana Isabel (no tiene otra)… y otros que seguro olvido y a los que pido que me perdonen la desmemoria. También estuvo allí el imprescindible Pedro (alias Herodoto) que charló con unos y con otros e hizo algunas fotos y, en un momento dado, se fue a buscar agua desapareciendo por un largo rato; cuando ya se barajaba la opción de poner su foto en los cartones de leche con un “se busca” igual que en las películas americanas, resulta que regresó, curiosamente justo después de que España hubiera ganado por un gol a Suecia.
Pero los protagonistas absolutos de la tarde fueron los niños que se quedaban como hipnotizados con el colorido de los globos y la charleta de Mono Lolo que no paraba de decir disparates. Las autoras hablaban con ellos y algunos padres se rascaron el bolsillo para que sus pequeños se llevaran el cuento a casa.
La tarde resultó muy divertida y la Domadora de Elefantes –convertida por arte de magia en Hada de los Cuentos– se inició en los misterios de la globoflexia y, después de que María le regalara dos elefantes-globo para su manada, tomó la determinación de aprender también el arte de amaestrar el aire.
Algunos de los monos (como el de la foto) escaparon de la caseta para explorar nuevos territorios en El Retiro
Los nuevos elefantes de la manada
María Espejo dedicando uno de los ejemplares
Blanca Fernández y Javier Torrente
Gracia Iglesias convertida esta vez en el Hada de los Cuentos con el Mono Lolo ante la antenta mira de unas niñas que esperan a que María les dedique su ejemplar.
Estas tres últimas fotos han sido tomadas del blog de “Sabia vida savia”