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El libro digital y la habitación transparente
por Laura Rosal.
Generación Papel. Yo también me declaro una nostálgica del color, del perfume, del tacto, (¿del sabor?), de la forma del libro frente al e-book. Yo también soy de los que se vuelcan como lluvia en los parques a leer. De los que se acercan los libros nuevos a la nariz, de los que los manosean y los coleccionan. De los que los fotografían. Pasión por el libro. Pasión por el contenido y por su continente. E-book, sólo el nombre me da escalofríos. Frío metálico. Tecnología, evolución y pragmatismo. Movilidad y autonomía VS Fetichismo del papel.
Arde, libro. Lo auguraba Bradbury en Farenheit 451. Un incendio cultural. Debate abierto: defensores y detractores del libro digital se exprimen las neuronas por argumentar fervorosamente sus posiciones. Recuerdo que hace un año Gracia Iglesias -gran amiga y gran artista- se encerraba durante cuatro días en una jaula de metacrilato. Se trataba de La habitación transparente, performance enmarcada en el II Festival Internacional de Perfopoesía de Sevilla. “Los libros me harán libre” era su grito de guerra. Su objetivo era el de reunir suficientes ejemplares –que la gente le iba cediendo a través de la única apertura de la caja- para construir una “escalera de letras” y trepar por ella hasta alcanzar la libertad. Una bella apología del objeto físico. Se recogieron miles de libros. Todos fueron destinados a campos de refugiados del Sáhara Occidental.
¿Dictadura del pensamiento? ¿El apocalipsis del libro? No, claro que no. El papel ha demostrado a lo largo de los siglos una vitalidad inaudita, una vida inabarcable. Unos declaman el derrumbe editorial, otros apuestan por la convivencia de los dos formatos. Un sí al continente, un sí a la cultura tecnológica. Internet se muestra como un campo de batalla de infinitas posibilidades, pero por favor, se trata de no caer en un Todo Vale. Todo No Vale. No al mercado por el mercado, no a la degradación del autor como una masa insípida. Yo hoy soñaré que duermo sobre montañas de libros y que muy pronto Gracia Iglesias volverá a construir peldaños de páginas con esa ilusión inmortal.
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